Mensajes de la Semana: Noviembre 1 del 2020

Evangelio de Jesús1 de Noviembre del 2020

El Profundo Amor de Dios

Jesús mirando a la humanidad que lo rodea, una multitud de personas que sufren, pobres, sencillos… y les habla de felicidad, de la felicidad de los amigos de Dios…

Llevamos mucho tiempo escuchando al Papa Francisco, invitarnos a mirar a “los santos de la puerta de al lado”, los que responden al mal con el bien, los que actúan con sencillez, no los de los gestos asombrosos sino los de los gestos generosos, los que ayudan a Dios, dice él, a llevar adelante este mundo.  

Son santos los que han activado y activan su energía por el Reino, por la justicia, los que han vivido y los que  viven la vida dando  todo su aliento por amor a los demás… En estos tiempos recios, que diría Sta. Teresa, “amigos fuertes de Dios”. A ellos, a esa multitud,  miramos hoy agradecidos.

 Acogemos su vida, la vida bendecida de tantos santos cotidianos que viven el camino de las bienaventuranzas hoy, los que nos enseñan de compasión con otros, de misericordia,  los sedientos de un mundo mejor,  los que miran con limpieza de corazón, los que se empeñan en relaciones de paz y liberación, los que son perseguidos por poner verdad y justicia en este mundo  nuestro tan necesitado de ella, los que dan un paso adelante por pequeño que sea…

Las bienaventuranzas nos sitúan en un lugar de horizonte al que nos llama el Evangelio, no nos dejan en una vida de “mínimos”. Nos llevan la mirada a un horizonte más ancho, más humano, más de Dios y más exigente también.

Nos sacan del “amodorramiento” que nos decía una hermana nuestra hace unos días, mientras analizábamos nuestro tiempo…

Hacerlas vida es a todo cuanto estamos llamados y sí, hoy más que nunca, es nuestro Kairós…

No nos sitúa Jesús delante de una ley que se pueda medir en cuanto a cumplimientos o incumplimientos.

Este modo de ser y estar en la vida al que nos invita es muchísimo más difícil de medir… >

¿Cuán pobre de espíritu eres, o cuánta es tu mansedumbre o tu misericordia?

¿Cuándo puedes decir que lo has alcanzado, que lo vives a fondo…? 

Y sin embargo, es que en esto del amor no necesitamos medidas, necesitamos mirar fuera, abrir la ventana de nuestra vida, reconocer nuestros panes y ponerlos enteros encima de la mesa, para que el Espíritu, que lo transforma todo, los haga alimento bueno al servicio de la vida de todos y especialmente de los más pobres y vulnerables de nuestro mundo.

Y entonces ya no necesitaremos preguntarnos cuán cerca o separados estamos de esta vida del Reino, porque entonces nos daremos cuenta de cuánta misericordia, mansedumbre, mirada limpia, paz, valentía y determinación, compasión y amor estamos recibiendo de vuelta…

Hoy, traemos nombres a nuestra oración…Los de tantos hombres y mujeres que nos han precedido, que acompañan nuestras vidas cotidianas y que son el espejo de cuanto necesitamos para ser felices…

«Sta. Magdalena Sofía, Sta. Rosa Filipina, especialmente hoy, rezad  con y por nosotras…»


por Paqui Rodríguez

Religiosas del Sagrado Corazón en España

Novena a Los Angeles Custodios

Quinto Día de la Novena a los Ángeles Custodios

Por la señal de la Santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de Contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, 
y porque os amo sobre todas las cosas, 
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. 
Amén.

Oración para cada día de la novena

A Vos, santo Ángel de mi Guarda, acudo hoy en busca de especial favor. Habiéndote puesto Dios por custodio y protector mío, nadie como Vos conoce la miseria y las necesidades de mi alma y los afectos de mi corazón.

Vos sabéis el deseo que tengo de salvarme, de amar a Dios y de santificarme; más, ¡ay!, también sabéis mi inconstancia y lo mucho que he ofendido a Dios con mis faltas y pecados.

Vos, que sois para mí el guía más seguro, el amigo más fiel, el maestro más sabio, el defensor más poderoso y el corazón más amante y compasivo, alcanzadme de Dios la gracia suprema de amarle y servirle fielmente en esta vida y poseerle eternamente en la gloria.

Y ahora os ofrezco humildemente los pequeños obsequios de esta Novena, para que también me alcancéis las gracias especiales que en ella os pido, si no son contrarias a la gloria de Dios y al bien de mi alma. Así sea.

Quinto día

¡Oh, mi Guía fiel!, alcanzadme fuerza para vencer todos los obstáculos que se encuentren en el camino de la existencia y para sufrir pacientemente las tribulaciones de esta miserable vida.

Os pido que, por intercesión de María, me alcancéis de Dios una verdadera paciencia y conformidad en todas las contrariedades y penas de la vida que Dios pueda permitir para mi santificación.

(Se dicen las intenciones de la novena)

Oración a la Santísima Trinidad

Para obtener de Dios las gracias que esperamos, ¡oh buen Ángel de la Guarda!, en unión vuestra y de todos los otros Ángeles del cielo, y por mediación de la Virgen Maria, Madre de Dios y Madre nuestra, saludo ahora a la Trinidad Santísima con el Trisagio angélico, diciendo de todo corazón:

Santo. Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Rezar al Padre Eterno: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Rezar al Hijo Unigénito: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos, llenos están los cielos y la tierra de vuestra gloria. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Rezar al Espíritu Santo: Padrenuestro. Avemaría y Gloria.

Ángel de mi Guarda

Ángel de Dios,
que eres mi custodio,
pues la bondad divina me ha
encomendado a ti, ilumíname,
dirígeme, guárdame.
Amén.

Ángel de mi Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. No me dejes solo que me perdería. Ni vivir, ni morir en pecado mortal. Jesús en la vida, Jesús en la muerte, Jesús para siempre. Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Maria y la Euaristia

Oración del Papa por el Coronavirus

“Oh María, Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza.

Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que bajo la cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.

Tú, Salvación del pueblo romano, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros que proveerás, para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.

Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección. Amén.

Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios.

No desprecies nuestras súplicas que estamos en la prueba y libéranos de todo pecado, o Virgen gloriosa y bendita”.

Adoración Nocturna

Adoración nocturna todos los viernes de 9PM a 8AM.

Lugar: Capilla de Guadalupe

Todos son bienvenidos (pueden enviar un texto a Rafael, con las horas que deseen participar 831-210-2364.)

Night Adoration will begin June 14th, every Friday 9PM to 8AM in the Guadalupe chapel, everyone is welcomed, (please send a text to Rafael with times you’ll be participating 831-210-2364).

ORACIONES ENSEÑADAS POR EL ANGEL:

¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! ¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no te aman! (Tres veces).

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los que El es ofendido.

Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores.

(Los niños rezaban estas dos oraciones de rodillas y con la frente inclinada hacia el suelo)

 

 

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