Corazón Sacratísimo de Jesús, que por el gran amor que nos tienes, te has dignado prometernos la perseverancia final y la gracia de no morir sin los santos sacramentos, haciéndote nuestro seguro refugio en el último instante de nuestra vida; con humildad te pido que cumplas en mi tu promesa, que tanta confianza y paz da a nuestros corazones.
Yo, por mi parte, te prometo unirme mas a ti y trabajar para que tu Amor triunfe en los corazones de todos los hombres. Amén.
Consagración al Sagrado Corazón de Jesús
Postrado a tus pies, Jesús mío, considerando las inefables muestras de amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseña continuamente tu sacratísimo Corazón, te pido humildemente la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel y discípulo tuyo para hacerme digno de las promesas
y bendiciones que generosamente concedes a los que de veras te conocen, aman y sirven.
¡Mira que soy pobre y humilde, necesito de ti! ¡Mira que soy torpe, y necesito de tu divina enseñanza para iluminar y guiar mi ignorancia!
¡Mira que soy muy débil, y caigo a cada momento y necesito tu apoyo para no desfallecer!
Sé todo para mi, Sagrado Corazón de Jesús: socorro de mi miseria, fuego de mis ojos; sostén de mis pasos, remedio de mis males; auxilio en toda necesidad. De ti lo espera todo mi pobre corazón.
Tú lo animas y lo invitas repetidas veces como lo dijiste en tu Evangelio: “Venid a mi; aprended de mi; pedid; llamad. . .”
A las puertas de tu Corazón vengo hoy; y llamo; y pido, y espero. El mío, te lo entrego Señor, firme, formal y para siempre.
Tómalo tú, y dadme en cambio lo que sabes me conviene para vivir bien en la tierra y feliz en la y eternidad. Amén.