31 de Enero del 2021
Contra Los Demonios
Después de la llamada a los cuatro primeros discípulos (cf. Mc 1,16-20) Jesús fija su residencia en Cafarnaúm que se convierte en algo así como su “cuartel de operaciones”.
Es huésped de la familia de Pedro, propietario de una casa junto al lago, a pocos pasos de la sinagoga.
A diferencia de otros evangelistas, Marcos escoge con mucho cuidado una curación para contarla al comienzo de la tarea evangelizadora de Jesús.
Quiere así subrayar que toda la actividad y predicación de Jesús tienen un único fin: la salvación/curación/liberación/felicidad del hombre.
Es sábado y la gente va a la sinagoga para rezar y escuchar las lecturas y la explicación de la palabra de Dios. Es un un rabino quien suele organizar el encuentro, pero todo judío adulto puede ofrecerse o ser invitado a leer y comentar las Escrituras.
Hacer la homilía solía ser bastante simple: bastaba referirse a las explicaciones dadas por los grandes rabinos sobre el texto bíblico proclamado.
Atreverse a hacer interpretaciones personales, y salirse de lo que siempre se ha enseñado, era, cuando menos, arriesgado, porque tal comentarista podría ser acusado de presuntuoso.
Jesús acude como un miembro más del pueblo, y se ofrece para las lecturas. La primera suele tomarse del libro de la Ley, es decir de los primeros cinco de la Biblia; la otra es un pasaje de los profetas.
Quien lee la segunda lectura, si se atreve, puede también hacer la homilía. Jesús, aprovechándose del clima de recogimiento y de oración que se ha creado, aprovecha para presentar su mensaje.
Pero no se limita a repetir lo que ha sido dicho antes que él, sino que hace un comentario libre y original del texto sagrado.
- «No enseñaba como los letrados». Los letrados eran los Maestros de la Ley, especialistas que interpretaban y aplicaban las Escrituras, las verdades, las muchas normas que formaban parte de la tradición religiosa (mandamientos y prohibiciones…) y las imponían a las gentes.Insistían bastante en las «obligaciones religiosas» (los «cumplimientos», que diríamos nosotros hoy) como clave para estar en orden con Dios, y todas las condiciones y ritos necesarios para ser “puros”.Su modo de hacer discursos era multiplicar las citas de otros personajes anteriores que tuvieran alguna autoridad, otros rabinos y maestros, escuelas espirituales…Pero les faltaba «vida»: ellos se quedaban fuera de lo que decían, sólo transmitían lo que pensaban…Sí, se llenaban de citas, referencias, argumentos, pasajes de la Escritura… que intentaban a aplicar a todas las circunstancias y personas, de manera indiscutible y obligatoria.
Jesús, en cambio, no anda citando a nadie, ni se muestra como representante de ninguna escuela o tradición, ni multiplica citas, ni siquiera echa grandes discursos.
Y no tiene inconveniente en “enmendar” la sagrada Ley de Moisés, cuando ésta no ayuda al hombre, sino que se le convierte en una pesada losa, cuando margina al hombre, cuando le deja “excluido” de la relación con Dios. Su punto de referencia para hablar y actuar está en sí mismo.
Es el «Santo de Dios», el habitado por el Espíritu de Dios que recibió en su bautismo, y que le empujar a recrearlo todo, liberar, restaurar el espíritu primero que Dios insufló al hombre en aquella primera mañana de la creación, y hacer callar y expulsar de dentro nuestros males y demonios.
- «Precisamente en la sinagoga, había un hombre poseído». Precisamente en la sinagoga, donde se multiplicaban los rezos, los cánticos, las predicaciones y las catequesis. Un «poseído» es alguien que no es dueño de sí mismo; desde fuera, algo se ha adueñado de él, y le impide tomar sus propias decisiones, es más, le hace daño, lo hace dependiente, lo infantiliza, lo anula.¿Querrá sugerir San Marcos que aquel hombre simboliza a los que están «poseídos» por aquella mentalidad religiosa proclamada por escribas, fariseos y sumos sacerdotes?¿Que es prisionero y víctima de un modo de plantear la religión que, en el nombre de Dios, anula al hombre, lo llena de obligaciones y ritos… que no le permiten ser él mismo?
La llegada de Jesús supone ciertamente el fin de ese modo de relacionarse con Dios, de ese sistema religioso en tantos casos deshumanizador.
Sí, ha venido a acabar con tantas manipulaciones (incluidas aquellas que se hacen en el nombre de Dios), imposiciones, ritos, normas y prácticas… que convierten al hombre en alguien extraño a sí mismo («alienado», diríamos con lenguaje de hoy).
Él ha venido a devolver al hombre a sí mismo. Y lo hace con su Palabra. O si se quiere decir mejor: con la Palabra que es el propio Jesús.
Me resulta significativo que Marcos no haya recogido nada de su discurso: la enseñanza y la autoridad de Jesús son las obras.
- ¿Quién de nosotros cree que no está de un modo o de otro «poseído»? ¿Qué es eso de ‘espíritu inmundo’?
1 – La medicina de aquel entonces estaba muy atrasada y fácilmente se atribuían las enfermedades a causas no naturales y en concreto al demonio. Sobre todo esto ocurría con las enfermedades mentales: epilepsia, histeria, esquizofrenia…
2 – Los judíos consideraban que aquellos que no cumplían las leyes, eran «impuros», estaban sujetos a cualquier castigo de Dios y en manos del demonio.
3 – Lo cierto es que el mal existe desde el principio del mundo con mil ropajes y disfraces. Y también habita en nuestro interior, de donde brotan los instintos animales y fuerzas oscuras que nos arrastran al mal: egoísmo, soberbia, avaricia, envidia, lujuria…
Y solemos echar la culpa al demonio, a la tentación, al ambiente… y decimos: «quiero, pero no puedo; me gustaría…, pero algo me frena…, siento la llamada…, pero no lo veo claro, no me atrevo, no sé si es el momento, quizá no sea prudente…»
No es muy diferente de aquello que experimentaba san Pablo:
«No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que habita en mí.
Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros» (Rm 7, 19-23)
La «posesión» también afecta a la sociedad y a los pueblos.
La verborrea de los medios y las redes sociales, los discursos que echan mano de «fuentes», personajes, «opinadores» que no tienen realmente ninguna autoridad ni conocimientos sobre el asunto, o a las previsiones, o a las «encuestas», o a lo que es «tendencia», o a lo que me conviene a mí…
O sea: ¡Cuántos «espíritus y demonios» poseen y deshumanizan al hombre de hoy!: ideologías, estructuras, costumbres, tradiciones, intereses…
Incluso puede que la misma religión («precisamente en la sinagoga”, como decíamos antes) caiga en esta tentación… de olvidar al hombre, o hacerlo prisionero de normas, tradiciones o intereses que se ponen por encima del bien del hombre, aunque puedan estar revestidas de «voluntad de Dios»…
- «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno?… Sabemos quién eres…». Es una buena pregunta para hacérnosla continuamente.Aquí son los demonios quienes la dirigen a Jesús. Pero Jesús no entra a debatir con ellos. Los manda callar y actúa. Se enfrenta con los que hacen sufrir a aquel hombre y lo libera de todos ellos.
«¿Que quieres de nosotros?»: ¡Que dejéis de manejar al ser humano, que no le hagáis daño, que no os adueñéis de él, que dejéis de imponerles cargas y leyes asfixiantes, que respetéis su dignidad…
Por eso todos los seguidores de Jesús prestamos atención a lo que hace sufrir injustamente al hombre, enfrentándonos con ello, procurando que llegue a ser libre y responsable de sí mismo…
Porque cada ser humano lleva dentro el Aliento de Dios que le impulsa a «vivir». Puede que nos ocurra como a los demonios: que «sabemos» quién es Jesús, lo que hizo él y lo que quiere y espera de nosotros…
Pero tenemos miedo, temblamos, nos incomoda plantar cara a lo que no nos deja ser nosotros mismos o deshumaniza a otros. Y acabamos por acostumbrarnos a esos “espíritus inmundos” (es decir, contrarios a Dios).
Jesús imagina a sus discípulos como sanadores: “Proclamad que el Reino de Dios está cerca: curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios”.
La primera tarea de la Iglesia es curar, liberar del mal, sacar del abatimiento, sanar la vida, ayudar a vivir de manera saludable. Ser un «hospital de campaña» (JBergoglio).
Esa lucha por la salud integral es el camino de la salvación. Ayudar a sentir y visualizar que la fe hace bien.
Como decía san Pablo: «para ser libres el Mesías nos ha liberado: manteneos, pues, firmes y no os dejéis atrapar de nuevo en el yugo de la esclavitud y servíos mutuamente por amor». (Gál 5, 1.13).
La mejor oración que hoy podríamos hacer hoy, a la luz de este Evangelio es: «Señor, expulsa de nosotros todos esos demonios, y que tengamos la fuerza y la valentía para no dejarnos dominar por nadie… que no sea el mismo Espíritu de Dios». Que así sea.
por Quique Martínez de la Lama-Noriega, cmf
DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO PRIMERA LECTURA
31 de enero
1ª Lectura (Dt 18,15-20): Moisés habló al pueblo, diciendo: «Un profeta, de entre los tuyos, de entre tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios. A él lo escucharéis. Es lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea: ‘No quiero volver a escuchar la voz del Señor, mi Dios, ni quiero ver más ese terrible incendio; no quiero morir’. El Señor me respondió:
‘Tienen razón; suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca, y les dirá lo que yo le mande. A quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas. Y el profeta que tenga la arrogancia de decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá’».
Salmo responsorial: 94
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».
Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.
Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras».
SEGUNDA LECTURA
2ª Lectura (1Cor 7,32-35):
Hermanos: Quiero que os ahorréis preocupaciones: el soltero se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; en cambio, el casado se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su mujer, y anda dividido.
Lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma; en cambio, la casada se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su marido.
Os digo todo esto para vuestro bien, no para poneros una trampa, sino para induciros a una cosa noble y al trato con el Señor sin preocupaciones.
EVANGELIO
Texto del Evangelio (Mc 1,21-28):
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a Cafarnaúm. Al llegar el sábado entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Y quedaban asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús, entonces, le conminó diciendo:
«Cállate y sal de él». Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él. Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen». Bien pronto su fama se extendió por todas partes, en toda la región de Galilea.
EVANGELIO EN AUDIO
Del 31 de Enero del 2021
Oración del Papa por el Coronavirus
“Oh María, Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza.
Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que bajo la cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación del pueblo romano, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros que proveerás, para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección. Amén.
Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios.
No desprecies nuestras súplicas que estamos en la prueba y libéranos de todo pecado, o Virgen gloriosa y bendita”.
Adoración Nocturna
Adoración nocturna todos los viernes de 9PM a 8AM.
Lugar: Capilla de Guadalupe
Todos son bienvenidos (pueden enviar un texto a Rafael, con las horas que deseen participar 831-210-2364.)
Night Adoration will begin June 14th, every Friday 9PM to 8AM in the Guadalupe chapel, everyone is welcomed, (please send a text to Rafael with times you’ll be participating 831-210-2364).
Video de la Semana
«Los Sonidos del Silencio» – Destellos Musicales