Tercero Domingo de Cuaresma
24 de Marzo de 2019
¿Estás dando frutos a Dios?
En el Evangelio de hoy, Jesús cuenta una parábola de un hombre que plantó un árbol de higos en su huerta; pero, el árbol no daba frutos y el dueño estaba por desistir su cultivo.
El jardinero tenía más paciencia; pues se encargaría de cuidar el terreno y fertilizarlo.
Luego, si todavía no daba fruto, entonces lo cortaría. La parábola nos habla de la paciencia de Dios.
Como el jardinero, el Señor quiere que nos enraicemos en el amor misericordioso de Dios y tengamos vidas fructíferas, conscientes a la gracia y bondad en la cual estamos.
Como el árbol de higos, realmente, algunas veces fallamos en dar buenos frutos, permaneciendo dormidos, viviendo solo para nosotros, quejándonos cuando enfrentamos desafíos en lugar de confiar en el abono de los sacramentos, especialmente la Reconciliación y la Eucaristía.
Moisés nunca fue el mismo después de su encuentro con Dios en el monte Sinaí.
Estamos llamados a estar abiertos a un encuentro diario con el amor de Dios.
La Cuaresma es un tiempo de gracia cuando más conscientemente nos alejamos del pecado y nos acercamos a Dios, abriéndonos a la conversión, cambio de mente y corazón para ser tocados y cambiados por la misericordia paciente del Señor.
Al hacerlo, podemos estar seguros de que nunca volveremos a ser los mismos.
Cultivando Tierra Santa
Hay tres prácticas cuaresmales tradicionales que nos ayudan a cultivar la tierra de nuestras vidas para crecer en santidad y producir fruto bueno:
1o. La oración, la cual profundiza nuestra relación con Dios y fortalece nuestro deseo de vivir como seguidores de Jesús.
2o. El ayuno, por medio del cual aumenta nuestra hambre por Dios y se hace más atenta al hambre y las necesidades de los demás.
3o. La caridad, sacrificar tiempo, dinero y otros recursos para compartir el amor misericordioso de Dios con los pobres y vulnerables.
Al seguir continuando nuestro camino por la Cuaresma, cultiva la tierra santa de tu vida por medio de la oración, el ayuno y la caridad, para que vivas bien y fructíferamente.
Sociedad Guadalupana
Se reúnen el primer y el tercer martes de cada mes a las 7 de la noche, en el cuarto numero uno, en el centro parroquial.
Grupo de Oración
Cada viernes en la Capilla de Guadalupe. Exposición del Santísimo cada primer viernes del mes.
Unción de los Enfermos
Cada primer viernes del mes, 7 de la noche, en la capilla de Guadalupe.
Horario de Misas / Mass Schedule
Saturday Vigil: 5:00 P.M.
Sunday, English: 8:30 & 10:00 A.M.
Domingo, Español: 12:00 y 1:30 de la tarde
Wednesday-Friday, English 8:00 A.M., Chapel
Confessions Saturdays: 4:00 P.M., Chapel
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El Viacrucis
El propósito de las Estaciones es ayudarnos a unirnos a Nuestro Señor haciendo una peregrinación espiritual a la Tierra Santa, a los momentos mas señalados de su Pasión y muerte redentora.
Pasamos de Estación en Estación meditando ciertas oraciones.
Varios santos, entre ellos San Alfonso Ligorio, Doctor de la Iglesia, han escrito editaciones para cada estación.
También podemos añadir las nuestras. Es tradición, cuando las Estaciones se hacen en público, cantar una estrofa del «Stabat Mater» mientras se pasa de una estación a la otra.
La costumbre de rezar las Estaciones de la Cruz posiblemente comenzó en Jerusalén. Ciertos lugares de La Vía Dolorosa (aunque no se llamó así antes del siglo XVI), fueron reverentemente marcados desde los primeros siglos.
Hacer allí las Estaciones de la Cruz se convirtió en la meta de muchos peregrinos desde la época del emperador Constantino (Siglo IV).
Según la tradición, la Santísima Virgen visitaba diariamente las Estaciones originales y el Padre de la Iglesia, San Jerónimo, nos habla ya de multitud de peregrinos de todos los países que visitaban los lugares santos en su tiempo.
Sin embargo, no existe prueba de una forma fija para esta devoción en los primeros siglos, hasta después.
El propósito de las Estaciones es ayudarnos a unirnos a Nuestro Señor haciendo una peregrinación espiritual a la Tierra Santa, a los momentos mas señalados de su Pasión y muerte redentora.
Pasamos de Estación en Estación meditando ciertas oraciones.
Varios santos, entre ellos San Alfonso Ligorio, Doctor de la Iglesia, han escrito editaciones para cada estación.
También podemos añadir las nuestras. Es tradición, cuando las Estaciones se hacen en público, cantar una estrofa del «Stabat Mater» mientras se pasa de una estación a la otra.
La costumbre de rezar las Estaciones de la Cruz posiblemente comenzó en Jerusalén. Ciertos lugares de La Vía Dolorosa (aunque no se llamó así antes del siglo XVI), fueron reverentemente marcados desde los primeros siglos.
Hacer allí las Estaciones de la Cruz se convirtió en la meta de muchos peregrinos desde la época del emperador Constantino (Siglo IV).
Según la tradición, la Santísima Virgen visitaba diariamente las Estaciones originales y el Padre de la Iglesia, San Jerónimo, nos habla ya de multitud de peregrinos de todos los países que visitaban los lugares santos en su tiempo.
Sin embargo, no existe prueba de una forma fija para esta devoción en los primeros siglos, hasta después.
Las siete palabras:
Una meditación
Tradicionalmente se predican el Viernes Santo.
Primera Palabra:
«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34)
Segunda Palabra:
«Hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc 23, 43)
Tercera Palabra:
«He aquí a tu hijo: he aquí a tu Madre» (Jn 19, 26)
Cuarta Palabra:
«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mt 27, 46)
Quinta Palabra:
«Tengo sed» (Jn 19, 28)
Sexta Palabra:
«Todo está consumado» (Jn 19,30)
Séptima Palabra:
«Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23, 46)
Para las oraciones completes vean en el sitio web de http://webcatolicodejavier.org/sietepalabras.html
Hermanos queridos después de esta reflexión de las siete palabras de Cristo en la Cruz, podemos decir lo siguiente: Cuando Cristo dijo su última palabra, en la Biblia se explica que el velo del templo se rasgó.
Ya no más había que ir a Jerusalén una vez al año para ofrecer un sacrificio el día de la expiación.
El sacrificio perfecto ha sido completado y tanto usted como yo tenemos acceso a la presencia de Dios por medio de Cristo. «Unico puente entre Dios y los Hombres».
Si usted todavía no ha tomado el beneficio de este sacrificio perfecto, hoy Jesús le extiende una invitación para que se beneficie de este sacrificio.
“Si oyeres hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón”.
Acepta a Jesús como tu Señor Personal; y entrégale tu corazón y tu espíritu para que tengas vida abundante, en esta tierra y en la eternidad con Él.
Otros Avisos
Adoración Eucarística
Los viernes de cuaresma
Hora: 9 AM – 5 PM
Lugar: Capilla de Guadalupe
Docentes para la Misión
Buscamos para la misión y museo docentes voluntarios.
Llamen a la oficina parroquial y por favor hablen con Benito.
Gracias.
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