Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, creador, Padre y redentor mío: por ser tú quién eres, bondad infinita, y porque os amo sabre todas las cosas.
Me pesa en el alma haberte ofendido; quiero y propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderte, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; así como te lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, me perdonareis por los méritos de tu preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme y perseverar en tu santo servicio hasta el fin de mi vida.
Amen.
¡Oh Divino Salvador mío!, que habéis bajado sabre la tierra para abrazarla en la llama de vuestro amor. Encended en mi corazón ese fuego sagrado para que pueda ganar para mí mismo la indulgencia concedida por vuestra infinita misericordia.
Atraedme a vos, unidme a vos, a fin de que siguiendo fielmente en vida por el camino que me habéis trazado con vuestra preciosísima sangre, pueda finalmente gozar las celestiales delicias y cantar las eternas misericordias. Amen.
Te visito con el afecto de mi corazón, con él te amo y te deseo, porque nada de ti nada más quiero y nada más deseo mi Jesús Sacramentado.
En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado; el corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Alabemos y demos gracias en cada instante y momento, al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
ADORAMOS A JESÚS SACRAMENTADO.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
Alabemos y demos gracias en cada instante y momento, al Santísimo y Divinísimo Sacramento
CANTO: “ADORO EN LA HOSTIA EL CUERPO DE JESÚS…”
CREEMOS EN JESÚS SACRAMENTADO.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
Alabemos y demos gracias en cada instante y momento, al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
CANTO: “YO CREO JESÚS MIO…”
AMAMOS A JESÚS SACRAMENTADO.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
Alabemos y demos gracias en cada instante y momento, al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
CANTO: ”YO TE AMO DIOS MIO DE MI CORAZÓN, DETESTO MIS CULPAS…”
ALABEMOS A JESÚS SACRAMENTADO
Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
Alabemos y demos gracias en cada instante y momento, al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
CANTO: “MI JESÚS SACRAMENTADO, YO TE ADORO Y TE BENDIGO…”
BENDECIMOS A JESÚS SACRAMENTADO
Padre Nuestro… Ave María… Gloria…
Alabemos y demos gracias en cada instante y momento, al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
CANTO: “BENDITO, BENDITO, BENDITO SEA DIOS…”
En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado; el corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar; en el cielo, en la tierra y en todo lugar.
Soberano Señor Sacramentado prenda segura de la eterna gloria, esta estación, recibe con agrado por ser tu pasión tierna memoria. Haz que destruido el reino del pecado tu iglesia Santa cante la Victoria, asístenos en todas nuestras necesidades y aflicciones. Amen.
Padre Nuestro… Ave María… Gloria.
ORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Yo te adoro, ¡Oh Dios mío! con la sumisión que me inspira la presencia de tu soberana grandeza; creo en ti, porque eres la misma Verdad; espero en Ti, porque eres soberanamente amable y amo a mi prójimo como a mí mismo por tu amor.
Dios mío, venimos con toda confianza a dirigirte nuestras oraciones en común los unos para los otros, porque todos formamos una sola familia ante tus ojos.
Concédenos la gracia de amarnos como hermanos; esparce tus más abundantes beneficios sobre todos aquellos que nos son queridos, ya estén aquí o lejos de nosotros.
Haz que los padres y las madres sean bendecidos en sus hijos y les den en todo buen ejemplo; que los hijos sean respetuosos, sumisos y reconocidos a sus padres; que los patrones velen con bondad sobre sus empleados y que estos sean fieles a ellos.
Que toda división, toda envidia, todo rencor, sean desterrados para siempre de entre nosotros. Que nuestra casa sea hospitalaria, que nuestras manos estén siempre abiertas para la limosna y que nuestro corazón este siempre dispuesto a compadecer y perdonar.
No olvides, oh Dios mío a aquellos de entre tus hijos a quienes oprime la miseria o el dolor; a aquellos que viajan lejos de su país y de su familia; a aquellos que languidecen sobre el lecho del sufrimiento y a aquellos que toca su última hora y cuya alma debe comparecer esta noche ante Ti.
Esparce tu divina luz sobre tanto infiel que no te conoce, sobre tanto hereje que está fuera de tu iglesia, sobre tanto pecador que vive privado de tu gracia.
Compadécete, Señor de nuestra patria, haz que reconozca sus errores y sus vicios, que vuelva a Ti el alivio de sus males; que en Ti encuentre su consuelo y su esperanza. Olvídate, Señor, de sus pecados y acuérdate únicamente de tu gran misericordia.
Dios de bondad, ten compasión de las almas que sufren en el purgatorio; libra las de nuestros padres, de nuestros hermanos, de nuestros parientes, de nuestros bienhechores, de nuestros amigos, de todos aquellos cuya memoria nos será siempre querida, así como las de aquellas de quienes nadie se acuerda aquí en la tierra y por las que no se te dirigen oraciones. Concede a todos oh Dios mío, por los méritos de Jesucristo, el lugar de refugio de paz y reposo. Amen.
ACEPTO A JESÚS COMO MI SEÑOR, DIOS Y SALVADOR.
Señor Jesús, me presento ante ti como soy, te pido perdón por mis pecados, me arrepiento de ellos; por tu bondad perdóname, en tu nombre perdono a todos los que me han ofendido, renuncio a satanás, a los espíritus maléficos, y a todas sus obras, me entrego por completo a Ti con todo mi ser. Señor Jesús, ahora y siempre te invito a entrar en mi vida. Te acepto como mi Señor, Dios y Salvador. ¡Cúrame, cámbiame, en cuerpo, alma y espíritu!
Ven Señor Jesús, cúbreme con tu preciosa sangre y lléname del Espíritu Santo. Te amo Señor Jesús, te alabo Señor Jesús te doy gracias, te seguiré cada día de mi vida. Amen.
María, Madre mía, Reina de la paz, de los Ángeles y de todos los santos, ayúdame. Amen.
ORACIÓN POR LOS SACERDOTES
Oh Jesús, Sacerdote eterno, guarda a estos tus sacerdotes en el recinto sacro de tu corazón, donde nadie pueda hacerles daño alguno.
Guarda inmaculadas sus consagradas manos, que diariamente tocan tu Sagrado Cuerpo.
Guarda puros sus labios, continuamente enrojecidos con tu preciosa Sangre.
Guarda sin mancha sus corazones, sellados con el sublime carácter de tu Sacerdocio.
Haz que tu santo amor los envuelva, y separe del contagio del mundo.
Bendice su trabajo con frutos abundantes, y haz que sean las almas por ellos dirigidas y administradas, su consuelo y gozo aquí en la tierra, y luego, su hermosa corona en el Cielo.
Amén.
María Reina de los Sacerdotes: – Ruega por ellos.
Esposa del Espíritu Santo: – Cúbrelos con tu manto.