Mensajes de la Semana: Febrero 13 del 2022

Evangelio de Jesús13 de Febrero del 2022

La Felicidad Que No Tenemos     

                      Después del Bautismo, Jesús pronunció su primera homilía en la sinagoga de su pueblo, Nazareth. Lo meditamos hace un par de domingos. Allí ya «proclamó» que venía a traer una Buena Noticia a los pobres.

Su pretensión no fue bien recibida por sus paisanos, como ya sabemos. Luego eligió o llamó a unos compañeros para que fueran «pescadores de hombres».

No les dio mayores explicaciones en aquel momento: Ni cómo, ni para qué, ni nada. Sólo les anunció que «los hombres» era lo más importante, especialmente aquellos que están peor.

        Hasta el momento de comenzar su misión, Jesús pasó largos años callado o apartado de la escena pública: Observando, compartiendo la realidad cotidiana de la gente, orando, sintiendo, discerniendo, buscando..,

Necesitaba encontrar un punto de partida o de «enganche» que fuera válido, importante,  necesario, para todo el que le escuchara. Tenía que ser algo positivo, ilusionante, esperanzador.

No sólo para algunos fieles judíos, ni siquiera sólo para creyentes: ¡Para todos!. Y lo encontró en el profundo deseo de felicidad que todos llevamos dentro.

En definitiva: su planteamiento consistiría en una propuesta, un camino, un proyecto para poder vivir una vida en plenitud, feliz.

             Muchos, muchos, pero que muchos de sus paisanos no eran felices. Ellos lo necesitaban más que nadie. A ellos decidió dedicar toda su vida hasta desvivirse. Y para ellos fueron sus primeras palabras. La tarea principal de los recién llamados «pescadores de hombres» sería «empezar a vivir así».

Mostrar con el propio testimonio un nuevo modo de vivir, que les vieran felices y lo contagiasen. La raíz y la motivación de todo esto era que Dios desde el principio, cuando colocó al hombre en el paraíso, deseó y procuró que fuera feliz.

La Historia de la Salvación es la peregrinación de un pueblo que, guiado por Dios, fue aprendiendo el camino de la felicidad en libertad y comunitariamente, contando con todos.

           El hombre ha sentido siempre una gran nostalgia de felicidad. También hoy. Existen indicadores que nos hablan de un «malestar», de que somos pocos felices: Hay más de 50 (nuevas) terapias enfocadas en el bienestar emocional, psicológico, mental… libros de autoayuda, un creciente consumo de psicofármacos.

2020 ha sido el de más suicidios en la historia de España: Cada día se quitan la vida 11 personas: una cada 2 horas y cuarto. Con particular incidencia en los menores de 30 años. Algo no va bien en nuestra sociedad.

            No es éste el lugar para analizar estos síntomas y sus causas. Dice Marino Pérez, catedrático de Psicología de la Universidad de Oviedo que los individuos se están centrando demasiado sobre sí mismos:

 “Vivimos en una sociedad muy individualista en la que ya somos considerados más como consumidores que como ciudadanos”, y los consumidores siempre tienen que estar satisfechos, siempre supervisando su propio bienestar”.

Los consumistas van quedando atrapados por ese individualismo que les hace insolidarios, ciegos a las necesidades ajenas, indiferentes. El lema de esta jornada de MANOS UNIDAS va por aquí: «Nuestra indiferencia nos hace cómplices». Nuestro individualismo consumista nos hace cómplices (dura palabra). 


              El bienestar, la seguridad, el éxito, la satisfacción de placeres, la buena imagen, el dinero, el poder, los viajes… son todo ocasiones de girar en torno a uno mismo.

Incluso llegamos a mentir, defraudar, destrozarnos unos a otros para conseguir lo que creemos «necesario», traicionando los mejores valores.  

            Procuramos satisfacer inmediatamente cualquier deseo, sin discernir si se trata de un deseo superfluo o necesario, sin esfuerzo a ser posible, sin sacrificios ni renuncias. No aceptamos los límites de la condición humana: el dolor, la enfermedad, el envejecimiento, la muerte… no queremos contar con ellos, y cuando llegan… se convierten a menudo en fuente de frustración y miedo. 

              Tampoco ponemos cuidado en nuestras relaciones personales, que se vuelven frágiles, virtuales, pasajeras, prescindibles… y entonces la soledad se vuelve inseparable compañera de muchos, que no la soportan.

          Nuestra civilización de la abundancia nos ha ofrecido medios de vida pero no razones para vivir, para trabajar, luchar, gozar, sufrir y esperar. Hay poca gente feliz. Hemos aprendido muchas cosas, pero no sabemos ser felices. O quizás nos da miedo serlo.

Y, ¿si Jesús tuviera razón?¿No tendremos que imaginar una sociedad diferente, cuyo ideal no sea el desarrollo material sin fin, un consumismo que nos están consumiendo a todos y lo consume todo… sino la satisfacción de las necesidades vitales de todos? ¿No seremos más felices cuando aprendamos a necesitar menos y a compartir más?

               Jesús pretende que todos los hombres – y de manera especial los que nos llamamos discípulos suyos-  vivamos de una manera nueva y provocativa, alternativa, modelada por valores diferentes: compasión, defensa de los últimos, servicio a los desvalidos, acogida incondicional, lucha por la dignidad de todo ser humano. 

El Papa Francisco, en su catequesis sobre el Padrenuestro, comentaba:

Hay una ausencia impresionante en el texto del Padrenuestro. Si yo os preguntara cuál es esa ausencia, ¿qué falta? Una palabra.  

Una palabra por la que en nuestro tiempo (quizás siempre ha sido así) todos sienten una gran estima. Cuál es esa palabra que falta en el Padre nuestro que rezamos todos los días? (…) Falta la palabra «yo». Nunca se dice «Yo». 

Jesús nos enseña a rezar teniendo en nuestros labios primero el «Tú», porque la oración cristiana es diálogo: «santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad». No mi nombre, mi reino, mi voluntad.

“Yo” no, no va. Y luego pasa al «nosotros». Toda la segunda parte del Padrenuestro se declina en la primera persona plural: «Danos nuestro pan de cada día, perdónanos nuestras deudas, no nos dejes caer en la tentación, líbranos del mal».

Incluso las peticiones humanas más básicas, como la de tener comida para satisfacer el hambre, son todas en plural. En la oración cristiana, nadie pide el pan para sí mismo:  dame el pan de cada día, no, danos, lo suplica para todos, para todos los pobres del mundo”. (13 Febrero 2019)

Para rezar el Padrenuestro de corazón hace falta vivir el espíritu de las bienaventuranzas. Reducir los «yo» y multiplicar los «nosotros» .

              Es decir: Que dejemos de creernos el ombligo del mundo, que renunciemos a nuestra autosuficiencia, a nuestros planteamientos tan profundamente individualistas, de estar tan preocupados por nuestras cosas, por los nuestros (que no son sino una prolongación del «yo»).

No existe felicidad en primera persona. Yo me imagino al Buen Padre Dios, mirándonos y diciendo desde los cielos: ¡Ay, ay, ay pero qué torpes los hombres, malgastando su vida buscando algo que sólo conseguirán con otros, dándose, saliendo de sí mismos al encuentro de los otros. !Ay, ay, ay!, pero qué pena.


por Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf

www.ciudadredonda.org/

Oracion:

Oración a San José

Del papa León XIII

A Vos recurrimos en nuestra tribulación, bienaventurado San José, y después de implorar el auxilio de vuestra Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente vuestro Patrocinio.

Por el afecto que os unió la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, por el amor paternal que profesasteis al Niño Jesús, humildemente os suplicamos que volváis benigno los ojos a la herencia que con su que Jesucristo conquistó con su Sangre y que nos socorráis con vuestro poder en nuestras necesidades.

Proteged, oh prudentísimo Custodio de la Sagrada Familia, el linaje escogido de Jesucristo; preservadnos Padre amantísimo, de todo contagio de error y corrupción, sednos propicio y asistidnos desde el Cielo, poderosísimo Protector nuestro, en el combate que al presente libramos contra el poder de las tinieblas.

Y del mismo modo que, en otra ocasión, librasteis del peligro de la muerte al Niño Jesús, defended ahora a la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y contra toda adversidad.

Amparad a cada uno de nosotros con vuestro perpetuo patrocinio; a fin de que, siguiendo vuestros ejemplos y sostenidos por vuestro auxilio, podamos vivir santamente, morir piadosamente y obtener la felicidad eterna del Cielo. Amén.


Oración al Espíritu Santo

Dirigiéndonos al Espíritu Santo decimos:

“Señor, no puedo orar adecuadamente. Soy débil; soy humano; soy frágil.

Me distraigo con facilidad, pensando en mi mismo y en el mundo.

Pero tu Señor, me llevas más allá de eso.

Ayúdame a rezar debidamente.

Ayúdame a centrarme en el Padre, en el Hijo y en Ti Espíritu Santo, para que mi alma pueda recibir la gracia que está ahí para todos los que rezan.

Amén.


Video de la Semana

Santo es el Señor – Instrumentos de Jesús y María


Ver a una oveja sin pastor es un reproche para el pastor.- Padre Ricardo López Díaz

Adoración Nocturna

Adoración nocturna todos los viernes de 8PM a 8AM.

Lugar: Capilla de Guadalupe

Todos son bienvenidos (pueden enviar un texto a Rafael, con las horas que deseen participar 831-210-2364.)

Night Adoration Is Every Friday 8PM to 8AM in the Guadalupe chapel, everyone is welcomed, (please send a text to Rafael with times you’ll be participating 831-210-2364).

Oración a la Santísima Virgen María

Gracias por ser Santa María.

Gracias por haberte abierto a la gracia,
y a la escucha de la Palabra, desde siempre.
Gracias por haber acogido en tu seno purísimo
a quien es la Vida y el Amor.

Gracias por haber mantenido tu “Hágase”
a través de todos los acontecimientos de tu vida.
Gracias por tus ejemplos dignos de ser acogidos
y vividos.

Gracias por tu sencillez, por tu docilidad,
por esa magnífica sobriedad, por tu capacidad de escucha,
por tu reverencia, por tu fidelidad, por tu magnanimidad,
y por todas aquellas virtudes que rivalizan en belleza
entre sí y que Dios nos permite atisbar en Ti.

Gracias por tu mirada maternal, por tus intercesiones,
tu ternura, tus auxilios y orientaciones.

Gracias por tantas bondades.
En fin, gracias por ser Santa María, Madre del Señor Jesús
y nuestra.
Amén.

MEDITAMOS EL EVANGELIO CON MARIA VALTORTA

Capítulo 25. Presentación de Juan el Bautista en el Templo

Capítulo 26. José pide perdón a María.


PARA MEDITAR

Reza esta jaculatoria después de cada decena del Rosario:

«Quiero Atar a mis Hijos a tu Corazón»

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Mensajes de la Semana: Febrero 6 del 2022

Evangelio de Jesús6 de Febrero del 2022

Jesús Eligió Pescadores      

            La gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la Palabra de Dios. Es significativo el comienzo de esta escena. Jesús comprueba que la «gente» está interesada en la Palabra de Dios, y por eso le buscan. Debía ser un número no pequeño de personas, ya que se agolpan.

Reunir a la gente alrededor de la Palabra de Dios y hablarles de ella es el primer paso de  Jesús en su todavía solitaria tarea misionera. Y lo mismo harán después sus discípulos, tanto los que han sido sus compañeros, como otros muchos que no lo conocieron en persona, incluido San Pablo.

San Lucas subraya que todo comienza por recibir y escuchar juntos la Palabra de Dios. También hoy. Los discípulos de Jesús son/somos los que se reúnen y escuchan juntos la Palabra de Dios… porque sentimos que puede orientar nuestras vidas, darnos consuelo, proponernos retos, sacarnos de lo de siempre hacia un lugar mejor.

 Un Pequeño Favor

              En este escenario, Jesús busca el mejor modo de atender a tanta gente, y agolpados no es el mejor modo. Entonces decide pedir a alguien un pequeño servicio, un favor.

Entre todos los pescadores que estaban lavando sus redes, fue Pedro a quien se dirigió Jesús. No le hizo  un examen de sus virtudes, sino un examen de disponibilidad.

Ya se encargará Él más adelante, cuando acepte seguirle, de ir puliendo lo que sea necesario.

La generosidad y disponibilidad de Pedro, que acepta interrumpir sus tareas cotidianas, es la que permitió que Jesús pudiera predicar a gusto su Palabra. 

Antes de hacer propuestas mayores, más serias, más importantes, Jesús parece «tantearnos» pidiendo cosas más sencillas. Suponen una incomodidad, un trastorno de nuestros planes, de nuestros horarios, de «lo que tenemos que hacer».

Y nuestra respuesta ante su sencilla petición… condiciona lo que pueda venir después.

Quizá este primer acercamiento del Señor ocurre cuando nos piden que echemos una mano para la catequesis, o para preparar una celebración, o para atender a alguien que lo necesita, quizá un voluntariado o una experiencia misionera más prolongada, o…

             Jesús tiene claro desde el principio, que para su inmensa tarea precisa ayuda. Y empieza buscando personas que le hagan pequeños servicios, pequeñas renuncias, un simple favor… Así es como empieza a «elegirnos».

Es su manera discretísima de entrar en comunicación con nosotros, haciéndonos ver la necesidad que tiene de nosotros, para poder atender a tanta gente que le necesita, para poder hablarles al corazón. Empieza pidiéndonos un poco de tiempo, nuestro buen hacer, o alguna de las cosas que tenemos. Sólo si se lo damos, sin mayores resistencias, dedicará luego su tiempo y su poder para conseguirnos cuanto no alcanzamos nosotros solos.

En el caso de Pedro, al terminar Jesús su discurso, quiso recompensar su gesto y el tiempo que le había «quitado».

Pedro había tenido mala suerte aquella noche: bregando y afanándose con su barca, sin conseguir nada. Le mandó Jesús remar mar adentro (literalmente, «hacia la zona profunda del mar») y ponerse a pescar.

Rema Mar Adentro

           La invitación de Jesús “rema mar adentro” fue de lo más inoportuno. Era como una vuelta de tuerca más.

Con la fatiga de toda una noche, y con la desilusión de no haber conseguido nada, a pesar de ser un pescador experimentado, y cuando sus compañeros se iban retirando a descansar, un desconocido -«carpintero» para más señas-, le dice que lo intente de nuevo, y que vuelva al mar.

Jesús suele acercarse a los hombres proponiendo extrañas exigencias, peticiones aparentemente absurdas o inoportunas.

¿Pero cómo se le ocurre que salgamos a pescar «de día»?

¡Cualquier pescador del mar de Galilea sabe que las horas de pescar son las de la noche! 

Lo que aquí se nos explica es que Jesús quiere sacarnos de nuestras rutinas, de nuestras experiencias de vacío después de haber peleado tanto sin conseguir apenas nada.

Busca personas dispuestas a «moverse» y a meterse al mar, a «mojarse», que no tengan miedo ni pereza para dejar la tranquila orilla donde nunca pasa nada, y desde luego, donde nunca pescaremos nada.

Con el lenguaje de la psicología de hoy, podríamos decir que Jesús nos invita a salir de nuestra «zona de confort”, de nuestras cosas conocidas, para descubramos y consigamos otras mejores.

                 Pedro, que tenía un corazón enorme, debió escuchar con atención aquella predicación de Jesús en el Lago.

Y comprendió que «escuchar» no era suficiente. Y decide confiar: «por tu palabra echaré las redes».

De nuevo la «Palabra de Jesús» que pide «acción». Esa Palabra que puede parecernos absurda, incómoda, fuera de lugar… cuando la escuchamos en la oración, en la liturgia…

Pero «por tu Palabra», porque tú lo dices y lo pides… voy a fiarme. Y llega el éxito por el que tanto nos habíamos fatigado, obtenemos más de lo que hubiéramos imaginado.

No sólo unas redes llenas, sino una vida «distinta», que importa mucho más.

          El “rema mar adentro” de Jesús a Pedro tiene que convencernos de que, si deseamos ver milagros hoy, si queremos llenar la barca, deberíamos obedecer (literalmente «escuchar la Palabra») como Pedro, tener su misma confianza.

Quien se arriesga a vivir y actuar según la palabra de Jesús, podrá presenciar milagros. Puede que no tengamos que dejar de hacer lo que hacemos siempre, pero sí hacerlo de otra manera.

 Puede que sin abandonar la propia profesión, y usando la misma barca de siempre. O puede que nos llame a algo imprevisto, sorprendente y mucho mejor.

 Pescadores de Hombres

               Lo de «pescar hombres» era un dicho popular que significaba sacar a uno de un peligro grave.

La llamada de Jesús hará descubrir a Pedro que la felicidad, la plenitud, la «barca» realmente llena no es la que acumula abundantes peces que vender en el mercado… sino «encontrar personas», rescatar del mal/mar a las personas.

Son las personas las que tienen que ocupar el centro de nuestra vida y de nuestras tareas. Personas heridas, descartadas, marginadas, necesitadas, enfermas… ¡Hay tantas!

                En algunos casos la llamada del Señor será total: a dejarlo todo para estar con ellas y atenderlas.

Pero lo de priorizar en nuestra vida diaria y hacer nuestra preocupación principal sean las personas, sobre todo las que sufren, las que están mal… es una llamada para todos.

          En tiempos de Sínodo está bien que subrayemos que la llamada de Jesús no es para unos pocos selectos y cualificados (Pedro y sus compañeros no lo eran), sino que la Barca de la Iglesia cumplirá su misión con la participación de todos, organizándonos mejor, poniendo la mirada en el mar (y no en la barca), echando por la borda tanto lastre que se ha ido acumulando, para poder navegar ligeros, llevados por el Viento del Espíritu, y dejando que el Jesús que viaja a bordo nos diga dónde y cuándo hemos de pescar… aunque «siempre» lo hayamos hecho de otra manera.

 


por Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf

www.ciudadredonda.org/

 

Oracion:

Oración a San José

Del papa León XIII

A Vos recurrimos en nuestra tribulación, bienaventurado San José, y después de implorar el auxilio de vuestra Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente vuestro Patrocinio.

Por el afecto que os unió la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, por el amor paternal que profesasteis al Niño Jesús, humildemente os suplicamos que volváis benigno los ojos a la herencia que con su que Jesucristo conquistó con su Sangre y que nos socorráis con vuestro poder en nuestras necesidades.

Proteged, oh prudentísimo Custodio de la Sagrada Familia, el linaje escogido de Jesucristo; preservadnos Padre amantísimo, de todo contagio de error y corrupción, sednos propicio y asistidnos desde el Cielo, poderosísimo Protector nuestro, en el combate que al presente libramos contra el poder de las tinieblas.

Y del mismo modo que, en otra ocasión, librasteis del peligro de la muerte al Niño Jesús, defended ahora a la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y contra toda adversidad.

Amparad a cada uno de nosotros con vuestro perpetuo patrocinio; a fin de que, siguiendo vuestros ejemplos y sostenidos por vuestro auxilio, podamos vivir santamente, morir piadosamente y obtener la felicidad eterna del Cielo. Amén.


Oración al Espíritu Santo

Dirigiéndonos al Espíritu Santo decimos:

“Señor, no puedo orar adecuadamente. Soy débil; soy humano; soy frágil.

Me distraigo con facilidad, pensando en mi mismo y en el mundo.

Pero tu Señor, me llevas más allá de eso.

Ayúdame a rezar debidamente.

Ayúdame a centrarme en el Padre, en el Hijo y en Ti Espíritu Santo, para que mi alma pueda recibir la gracia que está ahí para todos los que rezan.

Amén.


Video de la Semana

El Regalo -Canto de Ofertorio – Instrumentos de Jesús y María


Ver a una oveja sin pastor es un reproche para el pastor.- Padre Ricardo López Díaz

Adoración Nocturna

Adoración nocturna todos los viernes de 8PM a 8AM.

Lugar: Capilla de Guadalupe

Todos son bienvenidos (pueden enviar un texto a Rafael, con las horas que deseen participar 831-210-2364.)

Night Adoration Is Every Friday 8PM to 8AM in the Guadalupe chapel, everyone is welcomed, (please send a text to Rafael with times you’ll be participating 831-210-2364).

Oración a la Santísima Virgen María

Gracias por ser Santa María.

Gracias por haberte abierto a la gracia,
y a la escucha de la Palabra, desde siempre.
Gracias por haber acogido en tu seno purísimo
a quien es la Vida y el Amor.

Gracias por haber mantenido tu “Hágase”
a través de todos los acontecimientos de tu vida.
Gracias por tus ejemplos dignos de ser acogidos
y vividos.

Gracias por tu sencillez, por tu docilidad,
por esa magnífica sobriedad, por tu capacidad de escucha,
por tu reverencia, por tu fidelidad, por tu magnanimidad,
y por todas aquellas virtudes que rivalizan en belleza
entre sí y que Dios nos permite atisbar en Ti.

Gracias por tu mirada maternal, por tus intercesiones,
tu ternura, tus auxilios y orientaciones.

Gracias por tantas bondades.
En fin, gracias por ser Santa María, Madre del Señor Jesús
y nuestra.
Amén.

MEDITAMOS EL EVANGELIO CON MARIA VALTORTA

Capítulo 23. El nacimiento de Juan el Bautista.

Capítulo 24. La Circuncisión de Juan el Bautista


PARA MEDITAR

Reza esta jaculatoria después de cada decena del Rosario:

«Quiero Atar a mis Hijos a tu Corazón»

 

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