Mensajes de la Semana: Jul. 14 del 2019

Evangelio de Jesús14 de Julio del 2019
Décimo quinto Domingo del Tiempo Ordinario

¿Alguna vez escuchaste a alguien dar a una persona una dosis de la realidad y haberte dado cuenta que a ti también «te tocaba entender»?

En el Evangelio de hoy, Jesús está hablando a un sabelotodo que parece estar desafiándolo, intentando ver si Jesús tiene el conocimiento teológico para ser el maestro excepcional del que se dice ser, preguntándole acerca de los que se necesita de la Ley para obtener la vida eterna.

Jesús entonces le regresa la pregunta y le pregunta a este experto doctor de la Ley, cómo él puede responder la pregunta.

El doctor de la Ley menciona que la respuesta obviamente proviene de la parte de la Ley que menciona amar a Dios y al prójimo.

Pero Jesús sigue preguntando,  ¿quién es mi prójimo? ¿La ley da respuesta a esta pregunta?

En el libro del Deuteronomio, Moisés habla a los israelitas acerca de la nueva Ley, los Diez Mandamientos.

En tiempos de Jesús, esas «diez» leyes se habían elevado a más de seiscientas, requiriendo que fueran

interpretadas para que las personas pudieran ser obedecidas  sin trabas por las inevitables inconsistencias de tan gran número de regulaciones.

En lugar de la Ley, Jesús responde con una historia de las más famosas de todos los tiempos: el «buen» samaritano. Aquí es donde la trama se complica.

¿Ya me puedes escuchar?

En su camino hacia Jerusalén, hacia la cruz, Jesús y sus discípulos acaban de pasar por Samaria y ahí nadie les dio un saludo de bienvenida, debido a la enemistad entre esos pueblos.

Los discípulos de Jesús querían venganza. Así que Jesús les cuenta la historia de cómo dos personas muy obedientes a la Ley ignoraron a un hombre que necesitaba ayuda, probablemente por una interpretación servil a la Ley.

Un extranjero de Samaria, quien según parece ser más que un pagano, se compadeció y trató al hombre con bondad y compasión. (Hey, ustedes, los discípulos, ¿lo escucharon?).

Moisés intentó decirles a los israelitas que la Ley estaba en sus corazones.

Jesús quería que el doctor de la Ley y los discípulos, y nosotros, nos diéramos cuenta que el corazón de la Ley es algo dentro de nuestros corazones.

Ahí es donde conocemos a nuestro vecino, al otro o a la otra persona.

Avisos de la SemanaSociedad Guadalupana

Se reúnen el primer y el tercer martes de cada mes a las 7 de la noche, en el cuarto numero uno, en el centro parroquial.

Adoración Nocturna
Cada viernes de cada semana de las 9:00PM a las 8:00AM  (Inscríbite y elige una hora de adoración.  Informes al 831-210-2364 con Rafael.

Grupo de Oración
Cada viernes en la Capilla de Guadalupe. Exposición del Santísimo cada primer viernes del mes.

Unción de los Enfermos
Cada primer viernes del mes, 7 de la noche, en la capilla de Guadalupe.

Horario de Misas y SacramentosHorario de Misas / Mass Schedule

Saturday Vigil:     5:00 P.M.

Sunday, English: 8:30 & 10:00 A.M.

Domingo, Español: 12:00 y 1:30 de la tarde

Wednesday-Friday, English 8:00 A.M., Chapel

Confessions Saturdays: 4:00 P.M., Chapel

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Ama a tu prójimo como a ti mismo

Oración introductoria

Señor, quiero amarte por sobre todas las cosas, pero Tú sabes cómo me cuesta dejar mi propia manera de pensar y de actuar.

Por ello te pido ilumines mi oración para que, creyendo y confiando en Ti, aproveche tu gracia para realmente vivir una caridad universal y delicada.

Petición Señor, ayúdame a amarte con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente y con todas mis fuerzas.

Meditación del Papa Benedicto XVI Antes que un mandato -el amor no es un mandato- es un don, una realidad que Dios nos hace conocer y experimentar, de forma que, como una semilla, pueda germinar también dentro de nosotros y desarrollarse en nuestra vida.

Si el amor de Dios ha echado raíces profundas en una persona, ésta es capaz de amar también a quien no lo merece, como precisamente hace Dios respecto a nosotros.

El padre y la madre no aman a sus hijos sólo cuando lo merecen: les aman siempre, aunque naturalmente les señalan cuándo se equivocan.

De Dios aprendemos a querer siempre y sólo el bien y jamás el mal. Aprendemos a mirar al otro no sólo con nuestros ojos, sino con la mirada de Dios, que es la mirada de Jesucristo.

Una mirada que parte del corazón y no se queda en la superficie; va más allá de las apariencias y logra percibir las esperanzas más profundas del otro: esperanzas de ser escuchado, de una atención gratuita; en una palabra: de amor.

Pero se da también el recorrido inverso: que abriéndome al otro tal como es, saliéndole al encuentro, haciéndome disponible, me abro también a conocer a Dios, a sentir que Él existe y es bueno.

Amor a Dios y amor al prójimo son inseparables y se encuentran en relación recíproca.

Jesús no inventó ni el uno ni el otro, sino que reveló que, en el fondo, son un único mandamiento, y lo hizo no sólo con la palabra, sino sobre todo con su testimonio: la persona misma de Jesús y todo su misterio encarnan la unidad del amor a Dios y al prójimo, como los dos brazos de la Cruz, vertical y horizontal.

Roberto Méndez | Fuente: Catholic.net


Diálogo con Cristo.

Jesús, la más grande realidad de mi vida consiste, no en que yo te quiera, sino en que Tú me has amado primero.

Ayúdame a vivir en el amor, a vivir para el amor y a vivir de amor, y así, poder entrar en ese estupor que comentó el Papa Francisco: «¿Qué es este estupor?

Es algo que hace que estemos un poco fuera de nosotros por la alegría: esto es grande, muy grande. No es un mero entusiasmo, también los hinchas en el estadio se entusiasman cuando gana su equipo, ¿no?

No, no es solamente entusiasmo, es algo más profundo: es el estupor que viene del encuentro con Jesús» (4/3/2013).

Que mi vida no tenga ya otra motivación, ni otro sentido, ni otra meta que el amarte en los demás.

Propósito Luchar por erradicar toda falta de caridad, en mi familia y/o en mis relaciones sociales, e invitar a otros a hacer lo mismo, con gentileza y prudencia.

(Benedicto XVI, 4 de noviembre de 2012).

Catecismo

¡Las inscripciones para el Campamento Bíblico para edades de 7-10 años ya están abiertas!

Comienzo de RICA: Invitamos a aquellos que buscan ser católicos a notificar a Elisa para tener una conversación informal sobre su interés.

Pre-catecumenado- Esta es la primera fase de este proceso; es también conocido como un Periodo de Escrutinio.

Catecúmenos y candidatos reconocen que Cristo los llama a su Iglesia a traves de la gracia del Espíritu Santo. Este es un tiempo de búsqueda y reflexión.

Las clases de RICA comenzarán el 1 de septiembre de 2019 de 8:30 am a 9:45 am.

Inicio de la formación de niños y adolescentes- El 22 de septiembre de 2019, se lleva acabo los domingos:

Adolescentes en la middle school o clases de confirmación para estudiantes de high school 8:30 am-9:45am

Niños de primaria – 10:00 am- 11:15 am

Los costos son:
RICA No Bautizado– Donación

Confirmación de adultos RCIA– $ 50 por persona Formación de fe para adolescentes y niños: $ 50 para un niño, $70 para dos niños y $ 100 para 3 o más niños.

Para más información llame al Elisa 831-623-4178

Adoración Nocturna

Adoración nocturna todos los viernes de 9PM a 8AM.

Lugar: Capilla de Guadalupe

Todos son bienvenidos (pueden enviar un texto a Rafael, con las horas que deseen participar 831-210-2364.)

Night Adoration will begin June 14th, every Friday 9PM to 8AM in the Guadalupe chapel, everyone is welcomed, (please send a text to Rafael with times you’ll be participating 831-210-2364).


Retiros de Hombres y Mujeres en AgostoSe están planificando los retiros para adultos y esperen recibir más información a mediado de junio.

Los retiros se llevarán a cabo en el mes de agosto 8 al 11 para mujeres y agosto 15 al 18 para hombres.

El costo es $150.00 por persona.

Llamen a Elisa 831-623-4178.

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Adoración Nocturna – Antecedentes

Adoracion nocturna

La Adoración Nocturna ha dado excelentes frutos entre los laicos y ha suscitado un gran número de vocaciones.

Las vigilias de la Adoración Nocturna continúan la tradición de aquellas vigilias nocturnas de los primeros cristianos, si bien éstos, como sabemos, no prestaban todavía una especial atención devocional a la Eucaristía reservada.

En efecto, los primeros cristianos, movidos por la enseñanza y el ejemplo de Cristo -«vigilad y orad»-, no sólamente procuraban rezar varias veces al día, en costumbre que dio lugar a la Liturgia de las Horas, sino que -también por imitar a Jesús, que solía orar por la noche (+Lc 6,12; Mt 26,38-41)-, se reunían a celebrar vigilias nocturnas de oración.

Estas vigilias tenían lugar en el aniversario de los mártires, en la víspera de grandes fiestas litúrgicas, y sobre todo en las noches precedentes a los domingos. La más importante y solemne de todas ellas era, por supuesto, la Vigilia Pascual, llamada por San Agustín «madre de todas las santas vigilias» (ML 38,1088).

En las vigilias los cristianos se mantenían vigiles, esto es, despiertos, alternando oraciones, salmos, cantos y lecturas de la Sagrada Escritura. Así es como esperaban en la noche la hora de la Resurrección, y llegada ésta al amanecer, terminaban la vigilia con la celebración de la Eucaristía. Tenemos de esto un ejemplo muy antiguo en la vigilia celebrada por San Pablo con los fieles de Tróade (Hch 20, 7-12).

Con el nacimiento del monacato en el siglo IV, se van organizando en las comunidades monásticas vigilias diarias, a las que a veces, como en Jerusalén, se unen también algunos grupos de fieles laicos. Así lo refiere en el Diario de viaje la peregrina española Egeria, del siglo V. En todo caso, entre los laicos, las vigilias más acostumbradas eran las que semanalmente precedían al domingo.

La costumbre de las vigilias nocturnas se hizo pronto bastante común. San Basilio (+379), por ejemplo, respondiendo a ciertas reticencias de algunos clérigos de Neocesarea, habla con gran satisfacción de tantos «hombres y mujeres que perseveran día y noche en las oraciones asistiendo al Señor», ya que en este punto «las costumbres actualmente vigentes en todas las Iglesias de Dios son acordes y unánimes»:

«El pueblo [para celebrar las vigilias] se levanta durante la noche y va a la casa de oración, y en el dolor y aflicción, con lágrimas, confiesan a Dios [sus pecados], y finalmente, terminadas las oraciones, se levantan y pasan a la salmodia. Entonces, divididos en dos coros, se alternan en el canto de los salmos, al tiempo que se dan con más fuerza a la meditación de las Escrituras y centran así la atención del corazón.

Después, se encomienda a uno comenzar el canto y los otros le responden. Y así pasan la noche en la variedad de la salmodia mientras oran. Y al amanecer, todos juntos, como con una sola voz y un solo corazón, elevan hacia el Señor el salmo de la confesión [Sal 50], y cada uno hace suyas las palabras del arrepentimiento.

«Pues bien, si por esto os apartáis de nosotros [con vuestras críticas], os apartaréis de los egipcios, os apartaréis de las dos Libias, de los tebanos, los palestinos, los árabes, los fenicios, los sirios y los que habitan junto al Éufrates y, en una palabra, de todos aquellos que estiman grandemente las vigilias, las oraciones y las salmodias en común» (MG 32,764).

Las vigilias mensuales de la Adoración Nocturna -también con oraciones e himnos, salmos y lecturas de la Escritura- prolongan, pues, una antiquísima tradición piadosa del pueblo cristiano, que nunca se perdió del todo, y que hoy sigue siendo recomendada por la Iglesia. Así en la Ordenación general de la Liturgia de las Horas, de 1971:

«A semejanza de la Vigilia Pascual, en muchas Iglesias hubo la costumbre de iniciar la celebración de algunas solemnidades con una vigilia: sobresalen entre ellas la de Navidad y la de Pentecostés. Tal costumbre debe conservarse y fomentarse de acuerdo con el uso de cada una de las Iglesias (71).

«Los Padres y autores espirituales, con muchísima frecuencia, exhortan a los fieles, sobre todo a los que se dedican a la vida contemplativa, a la oración en la noche, con la que se expresa y se aviva la espera del Señor que ha de volver: «A medianoche se oyó una voz: `¡que llega el esposo, salid a recibirlo´ (Mt 25,6)!; «Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer o a medianoche, o al canto del gallo o al amanecer: no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos» (Mc 13,35-36). Son, por tanto, dignos de alabanza los que mantienen el carácter nocturno del Oficio de lectura» (72).

En este mismo documento se dan las normas para el modo de proceder de «quienes deseen, de acuerdo con la tradición, una celebraciòn más extensa de la vigilia del domingo, de las solemnidades y de las fiestas» (73).

Escrito por: José María Iraburu | Fuente: www.gratisdate.org

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