Mírame, mi amado y buen Jesús, postrado en tu presencia.
Te ruego con el mayor fervor imprimas en mí vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad; verdadero dolor de mis pecados, propósito firmísimo de jamás ofenderte; mientras yo, con todo el amor
Te ruego con el mayor fervor imprimas en mí vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad; verdadero dolor de mis pecados, propósito firmísimo de jamás ofenderte; mientras yo, con todo el amor
y compasión de que soy capaz, contemplo tus cinco llagas, viendo lo que decía de ti el profeta David:
«Han taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos».