Por los caminos en que penamos, ¡qué paz se siente, Señor, Dios mío, cuando avistamos tu santa Cruz!
Cuando las altas cumbres pisamos, siempre sabemos, Señor, Dios mío, que encontraremos tu santa Cruz.
Mas cuando al cielo, por fin, vayamos, entre esplendores, Señor, Dios mío, comprenderemos tu santa Cruz.