Señor: danos la sabiduría
que juzga desde arriba y ve a lo lejos.
Danos el espíritu que omite
lo insignificante en favor de lo esencial.
Enséñanos a serenarnos
frente a la lucha y los obstáculos,
y a proseguir en la fe, sin agitación,
el camino por ti trazado.
Danos una actividad serena que abarque
con una visión unitaria la totalidad.
Ayúdanos a aceptar la crítica
y la contradicción.
Haz que sepamos evitar
el desorden y la dispersión.
Que amemos todas las cosas
juntamente contigo.
Oh Dios, fuente del ser,
únenos a Ti
y a todo lo que converge
hacia la alegría y la eternidad.
Amén.